lunes, 11 de enero de 2010

Familia-Sociedad

Así como el adolescente tiene que resolver el problema de "ser para sí mismo", también lo debe hacer para los demás; implicando esto la adjudicación de roles, y la manera en que estos roles serán asumidos. Esto se produce a través de una base y un marco que lo incluyen, condicionan y dirigen para socializarlo; y que de ser adecuados permitirán una adaptación activa a la realidad en la que él se modificará pero por la cual él modificará al medio.

La actúa/ crisis de la institución familiar es atribuible:

- Por un lado a la etapa del ciclo vital que los padres de hijos adolescentes atraviesan.

- Por otro lado, a la falta de equilíbrio entre permisivismo y autoritarismo en las relaciones entre padres e hijos, que coducen a un cierto grado de desintegración; y

- Como agravante, la crisis económica y estructural que actualmente acomete a todos los países.

Y así, por estar en un momento de grandes transformaciones, el adolescente se convierte en portavoz de una estructura en crisis: la familia; y ésta, por su parte en portavoz de otra estructura más amplia, también, en crisis: la organización social.

Es útil recalcar que los padres deberán "sobrevivir" a estas etapas sin abdicar de sus principios fundamentales, porque en el caso de dejarse dominar por los hijos, podrán tener adolescentes "falsamente maduros", que sufrirán posteriormente las consecuencias de este proceso. La inmadurez es un elemento esencial en la salud evolutiva del adolescente, que sólo se resolverá mediante un proceso paulatino de creatividad e ideación que permita su integración en la sociedad. Por lo tanto es fácil deducir, que la mayor necesidad del adolescente rebelde, inmaduro, desafiante, es la presencia de un adulto responsable para contenerlo, ("autoridad-continente") inclusive a través de ciertos límites.

Educación

El acceso en estas edades (aproximadamente desde los 12 ó 13 años), al pensamiento formal e hipotético-deductivo; le permite al adolescente reflexionar sobre sí mismo y sobre su entorno, desarrollando paulatinamente mayor conciencia y responsabilidad. Es un proceso que ocurre en el desarrollo de todos, independientemente del medio social. No obstante, será justamente éste el que finalmente diferenciará las oportunidades de cada uno.

Por otro lado, encuentran en los niveles sistemáticos de educación, un gran vacío entre su capacidad intelectual (máxima capacidad de adquisición de conocimientos y de absorción de alto nivel de conceptos: raciocinio, humanidad, justicia, muerte, etc.); y la inadecuada estructura de los sistemas educativos vigentes que proporcionan gran cantidad de información-formacíón.

Tal problema que ocurre en los países desarrollados, se agudiza en los países en desarrollo; donde existe mayor dificultad de transmisión de todos esos conocimientos, básicamente propios del desarrollo científico.

A pesar de ese deterioro del sistema educativo de las últimas décadas (bajo rendimiento, segmentación, enciclopedismo, prácticas autoritarias), el acceso de los adolescentes argentinos a la educación secundaria se ha incrementado en las décadas de los '80-'90, (acceden a la escuela más del 50%), buscando posibilidades de ascenso social y económico. Sin embargo el analfabetismo funcional y el "desgranamiento" en algunos lugares de Argentina persisten y se incrementan, reflejando la crisis de continencia familiar, los escasos recursos y la baja cobertura global.

Se advierte también, en la docencia clásica, una desactualización que no prepara para tomar decisiones, ni para discernir, ni se identifica con un método de trabajo. La escuela persiste así en la valorización del conocimiento formal y de la ética, y gira en torno de la autoridad del texto y del docente.

Por eso la escuela es poco apta para la "identificación" y la "idealización" de los adolescentes, los ideales de estos no se vinculan, en la actualidad, con el conocimiento o con las normas, sino que se los provee la cultura de masas. Así el alumno tiende a considerar el esfuerzo institucional como opresión y resiste a la autoridad impuesta, la disciplina, y la transmisión de conocimientos de forma expositiva.

De acuerdo con las etapas de la maduración psicológica, la enseñan za debería partir de lo inmediato y concreto para alcanzar posteriormente la abstracción.

Idealmente, para aprender, debería realizarse un entrenamiento en la secuencia "hipótesis - prueba - rectificación - convalidación", permitiendo practicar en la inducción desde la escuela secundaria, como única manera de hacer ciencia en la edad adulta.

La enseñanza deberá servir para la vida, y no ser meramente informativa con acopio de datos para un intelecto a mitad de camino. Es ésta la única oportunidad de construir las bases de una ética compartida con preguntas concretas a profesores positivos, preparados; y que, idealmente emancipados de algunas de sus "horas-cátedra", se conviertan en orientadores a través de "horas-disponibilídad", con un rol de animador y motivador cultural constante.

Participación

"Participación: es el ejercicio del poder, que implica tanto la definición de un problema como la elección de los medios para resolverlo, su ejecución y la evaluación del proceso".

En los adolescentes esa participación se da desde los microámbitos cotidianos como la familia o grupo de amigos, pasando por los intermediarios como el barrio, las instituciones económicas, culturales, deportivas y religiosas, hasta la participación política con objetivos macrosociales. En este último aspecto, Latinoamérica se ha caracterizado por la existencia de etapas "implosivas" con supresión, y otras "explosivas" donde, muchas veces, se registra el predominio de actitudes meramente reivindicatorías, que se traducen en un cúmulo de demandas, que pueden ser manejadas demagógicamente.

El ejercicio del poder necesita un entrenamiento, que el niño realiza a través de los distintos ámbitos de la vida cotidiana, en los cuales va desarrollando su "ser social" (familia, grupo, escuela), con progresivas posibilidades de participación. Esta participación puede ser vista como un proceso dinámico en el cual confluyen, por un lado, el sujeto como actor social-con buenas intenciones y capacidad de participación; y por el otro las estructuras sociales con las posibilidades reales que en un determinado momento le ofrecen. La auténtica participación masiva que se le brinda a la población joven es el consumo,al ser mostrado como "modelo" en determinadas áreas,(ropas, música, deportes, lugares de moda). Este rol de consumidor es a su vez manipulado y promovido por intereses comerciales y con una nueva relación con el dinero, ahora como símbolo de poder, tomando en cuenta el origen del dinero; la valorización de la cantidad de gastos, su origen según el trabajo, la solicitud a familiares, etc.

La participación durante el tiempo libre es otras de las áreas que la sociedad consumista asigna a los jóvenes, solamente relacionados con la "recreación". En lugar de poder escoger cómo usar el tiempo libre, existen pautas marcadas para este tiempo libre, que se transforma en obligaciones para cada edad y se acentúan en el caso de los jóvenes: se identifica tiempo libre con "divertirse" o "practicar deportes", ignorando que el adolescente necesita un tiempo para pensar, sentir y crear, para el descanso y/o desarrollo de la personalidad.

Es importante, sin duda, crear ambientes de diversión y recreación para los jóvenes económicamente más desfavorecidos; pero intentando organizar, en estos ambientes, equipos de enriquecimiento mutuo, a través de convergencias de educación-difusión mediante talleres participativos y no solamente generando competividad deportiva (en los semilleros), o sociomusical (discotecas "de onda", acceso obligatorio a la cerveza u otras bebidas alcohólicas).

El púber y el adolescente de nivel social medio no tienen que trabajar, pudiendo estudiar postergando su participación en la producción, mientras tanto aumenta sus conocimientos técnicos y culturales. La inserción en el sistema se realiza por medio de su actividad académica ("moratoria psicosocial" de Erikson).

Mientras tanto, los cambios en la organización laboral, que implican las nuevas tecnologías, impactan el mundo de los jóvenes con un nivel de sofisticación de la mano de obra empleada, cada vez mayor. Los crecientes requisitos educaciónales y la automatización de! proceso productivo hacen también hoy menos necesario contar con contingentes numerosos de operarios en las fábricas, lo que agrava el desempleo. La disminución de las ofertas de trabajo y la crisis económica que atraviesan muchos países, afectan especialmente a los estratos económicos bajos y de extracción rural o urbano-marginal, siendo el desempleo en jóvenes 2 ó 3 veces mayor que el desempleo total. En algunos barrios de extrema pobreza alcanza el 70% de la población juvenil con capacidad de trabajar.

La desocupación y otros aspectos de la crisis agudizan en nuestros países los conceptos de marginación al no poderse acceder a los sistemas de produción, distribución y consumo de bienes y servicios.

El empleo de los adolescentes es presentado como sustituto del empleo adulto, con menor remuneración y peores condiciones de trabajo; generalmente extra-oficial, con explotación frecuente por aprovecharse de situaciones de ilegalidad a través de la llamada economía negra y de la exclusión de los jóvenes de la legislación laboral.

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